viernes, 2 de enero de 2015

Abscesos





Los conejos suelen desarrollar abscesos con facilidad. Son protuberancias que crecen rápidamente a medida que se llenan de fluidos y pus, que es espesa y blanquecina. Pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo y afectar órganos internos y huesos. Los abscesos pueden dañar tejidos, sangre y huesos. Para su tratamiento, se recomienda realizar cultivos bacterianos y antibiograma para elegir el antibiótico adecuado. Lo más recomendable es extirparlos, es importante quitarlos completos o con la cápsula o cavidad para evitar que reaparezcan o sigan desarrollándose.

Por lo general, no se presentan síntomas, pero puede haber fiebre, malestar, aumento en la ingesta de agua y disminución en la ingesta de alimentos.

 

Abscesos faciales

 

Pueden indicar maloclusión, o problemas dentales, causada por heridas dentro de la boca por sobrecrecimiento de dientes o muelas.

Para su diagnóstico, se recomienda realizar radiografías de cabeza y examinar la boca. Estos abscesos deben extirparse completos y el problema dental debe corregirse, ya sea al limar o al remover las piezas dentales y modificar la dieta aumentando los alimentos fibrosos (heno). Además, deben administrarse antibióticos. En casos graves, la infección puede dañar la mandíbula, lo que dificultará el tratamiento.

Los abscesos faciales también pueden resultar de problemas auditivos u oculares.

Los trozos de heno pueden provocar abscesos bucales.



Abscesos retrobulbares
 

Se localizan detrás del ojo a causa de crecimiento bacteriano (pasteurella) o por sobrecrecimiento de las raíces dentales. Provocan exoftalmia (ojo salido), y se recomienda extirpación del ojo o enucleación y tratamiento con antibiótico.

Abscesos corporales
 
 
 
 

Suelen aparecer en cabeza, patas, cuello y en el resto del cuerpo. Pueden resultar de heridas infectadas, golpes, picaduras de insectos, peleas, suelos inadecuados y por la presencia de bacterias como pasteurella, Staphylococcus aureus, Streptococcus sp., etcétera; de igual modo, se recomienda hacer cultivos bacterianos y extirparlos completos. En caso de presentarlos en gran número, no se recomienda la cirugía.

Los abscesos suelen ser difíciles de tratar y algunas veces, a pesar del tratamiento, pueden reaparecer.

 


 
La pus del conejo es caseosa, o muy espesa y blanquecina.